jueves, 7 de noviembre de 2013

Las aves que conocimos y nunca volveremos a ver

Muchas aves han habitado nuestro planeta y ya nunca volverán a dejar sus huellas en el suelo. Son varias las especies de pájaros que se han extinguido en los últimos siglos debido a la acción del hombre. Generalmente estas especies habitaban en ecosistemas aislados como las islas, lo que las hacía muy vulnerables a la llegada del hombre y sus depredadores asociados, como gatos, perros o ratas, que al llegar a estas islas se encontraban con aves que debido a la falta de depredadores habían perdido la capacidad de volar y se habían vuelto muy confiadas y consecuentemente resultaban muy fáciles de capturar.
Este es el caso de la que probablemente sea el ave extinta más conocida, el dodo. El dodo era una paloma no voladora que habitaba en las islas Mauricio tranquilamente, hasta que un día llegaron los primeros colonos con sus barcos llenos de ratas, gatos y perros que se comían a sus polluelos, y cerdos y macacos cangrejeros que camparon por la isla compitiendo por su alimento a la vez que se comian sus huevos. De esta manera, la caza humana (el dodo era un ave que había evolucionado ajeno a la existencia de los humanos por tanto no los asociaba con el peligro y resultaba muy fácil de cazar, a pesar de su mal sabor) y la presión de las especies invasoras acabaron con el dodo en cosa de un siglo, hasta que en el 1681 se mató el último ejemplar.

Dodo


Otras especies isleñas corrieron la misma suerte que el dodo. Este el caso del Moa, un ave gigante de hasta 3 metros endémica de Nueva Zelanda, que supuestamente fue cazado hasta la extinción por los primeros maoríes. El rascón rojo, también típico de las islas Mauricio y corrió básicamente la misma suerte que el dodo, aunque en este caso la caza tuvo un papel más importante debido a su buen sabor. El emú de la isla King, el ganso de Mauricio, la codorniz de Nueva Zelanda, la lechuza de Rodríguez completan la extensa lista de las aves insulares extintas.

Maoríes cazando Moas

Las aves del continente principalmente se han extinguido debido a la sobrecaza y la destrucción de su hábitat. Uno de los casos más sonados es el de la paloma migradora, que volaba en bandadas de millones de individuos y debido a su caza indiscriminada se extinguió en 1914, cuando el último ejemplar conocido falleció en el zoo de Cincinnati.

Representación de una cacería de paloma migratoria

Otro caso es el de la cotorra de carolina, el único loro típico de Estados Unidos, que se extinguió debido a la caza por parte de los agricultores que las consideraban una plaga, a la destrucción de su hábitat y a las enfermedades, muriendo el último ejemplar en 1918 en el zoo de Cincinnati. Otras especies que sucumbieron de la misma manera fueron el caracará de Guadalupe, el carpintero imperial o el cormorán de Pallas.

La lista de las aves que conocimos y nunca volveremos a ver es escalofriantemente extensa y si no cambian las cosas seguramente aumentará en los próximos años. Aunque existen motivos para la esperanza como la recuperación de ciertas aves que un día se encontraron al borde la extinción y hoy están a salvo, como el ganso de Hawaii o el ibis eremita.

Ganso hawaiano


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